La personalidad de Quevedo es tan compleja que mucho haría falta para describirla y, aún así, me quedaría corta. Es uno de mis escritores preferidos, precisamente por su compleja personalidad y su intensa obra en prosa o verso.
Expresivo, desengañado, polémico, directo, contundente, irónico, contemplativo, serio, jocoso, burlesco, satírico, profundo, festivo, intenso...
Aquí, un fragmento de uno "Los sueños", que podría haberse escrito en nuestros días a pesar de contar con cuatrocientos catorce años en su haber. Para vuestro deleite y contemplación.
EL MUNDO POR DE DENTRO (1612)
Al lector, como Dios me lo deparare, cándido o purpúreo, pío o cruel, benigno o sin sarna[...]
Discurso
[...] Sea por todas las experiencias mi suceso, pues cuando más apurado me había de tener el conocimiento de estas cosas, me hallé todo en poder de la confusión, poseído de la vanidad de tal manera que en la gran población del mundo, perdido ya, corría donde tras la hermosura me llevaba los ojos y adonde tras la conversación los amigos, de una calle en otra, hecho fábula de todos; y en lugar de desear salida al laberinto, procuraba que se me alargase el engaño. Ya por la calle de la ira descompuesto seguía las pendencias pisando sangre y heridas; ya por la de la gula veía responder a los brindis turbados. Al fin, de una calle en otra andaba (siendo infinitas) de tal manera confuso que la admiración aun no dejaba sentido para el cansancio, cuando, llamado de voces descompuestas y tirado porfiadamente del manteo, volví la cabeza. Era un viejo venerable en sus canas, maltratado, roto por mil partes el vestido y pisado; no por eso ridículo, antes severo y digno de respeto.
-¿Quién eres -dije-, que así te confiesas envidioso de mis gustos? Déjame, que siempre los ancianos aborrecéis en los mozos los placeres y deleites, no que dejáis de vuestra voluntad, sino que por fuerza os quita el tiempo. Tú vas y yo vengo: déjame gozar y ver el mundo..
Desmintiendo sus sentimientos, riéndose, dijo:
-Ni te estorbo ni te envidio lo que deseo, antes te tengo lástima. ¿Tú por ventura sabes lo que vale un día? Entiende de cuánto precio es una hora? ¿Has examinado el valor del tiempo? Cierto es que no, pues así, alegre, le dejas pasar hurtado de la hora que fugitiva y secreta te lleva preciosísimo robo. ¿Quién te ha dicho que lo que ya fue volverá cuando lo hayas menester si le llamares? Dime, ¿has visto algunas pisadas de los días? No por cierto, que ellos solo vuelven la cabeza a reírse y burlarse de los que así los dejaron pasar. Sábete que la muerte y ellos están eslabonados y en una cadena, y que cuando más caminan los días que van delante de ti, tiran hacia ti y te acercan a la muerte, que quizá la aguardas y es ya llegada, y según vives, antes será pasada que creída. Por necio tengo al que toda la vida se muere de miedo que se ha de morir y por malo al que vive tan sin miedo de ella como si no la hubiese, que este la viene a temer cuando la padece, y embarazado con el temor, ni halla remedio a la vida ni consuelo a su fin. Cuerdo es solo el que vive cada día como quien cada día y cada hora puede morir.
martes, 9 de septiembre de 2014
lunes, 8 de septiembre de 2014
domingo, 7 de septiembre de 2014
7 cosas que deberías decirle a tu hijo todos los días
La educadora y divulgadora Miriam Aguirre, proponía algunas combinaciones de palabras que había que decirle a cada uno de tus hijos «todos» los días. No era una lista exhaustiva. Y, a mi modo de ver, parece más dirigido a padres que a madres, a ellas suelen salirle estas cosas espontáneamente.
Creo que es un buen propósito para el curso que comienza. Me gustaron porque no es un recetario de autoayuda. De una manera u otra es un modo de ver a nuestros hijos como Dios nos mira a todos, ¿no?
Cambio pocas cosas de la redacción original de Aguirre:
Especialmente dedicado a todos esos padres y madres fabulosos que por «salvar el mundo» o intentar «dejar un mundo mejor», a veces, por un inconsciente activismo, descuidan(mos) detalles importantes de su verdadera vocación: «limpiar mocos». (Juanjo Romero)
Creo que es un buen propósito para el curso que comienza. Me gustaron porque no es un recetario de autoayuda. De una manera u otra es un modo de ver a nuestros hijos como Dios nos mira a todos, ¿no?
Cambio pocas cosas de la redacción original de Aguirre:
- «Te amo/Te quiero». No debe pasar un solo día sin que tus hijos escuchen de tu boca, y sientan con seguridad, que los amas. Vendrán días difíciles, habrá momentos en los que ellos tomen decisiones que tal vez no sean las mejores. Asegúrate de que sepan con toda certeza que, sin importar lo que les pase o su forma de ser, nunca dejarás de amarlos.
- «Todos los días doy gracias por ti». Permite que escuchen de tu boca que das gracias a Dios por tenerlos en tu vida y que deseas su bienestar, que sean felices, que sean santos. Reza con ellos También ora por su bienestar, especialmente cuando tienen dificultades, y que lo sepan.
- «Me haces muy feliz». Esto no puede ser más cierto. Para cada madre o padre no hay verdad más acertada. Los hijos son una fuente inagotable de felicidad y amor. Es importante que ellos sepan esto. No esperes al día de graduación o su boda para decírselo: hazlo hoy mismo.
- «Eres muy especial». Es de extrema importancia que los niños entiendan desde una corta edad que son diferentes y que esto los hace únicos y especiales. Además, todos queremos sobresalir de alguna manera. Ponte la meta de decirles a diario que para ti ellos son incomparables y lo más especial que te ha pasado en la vida.
- «Me gusta mucho cuando tú…» Toda persona disfruta de saber que lo que hace agrada a otros. En especial tus hijos, que piensan que eres la persona más interesante, inteligente y la persona que más aman. Señala cualquier detalle positivo en su comportamiento, su carácter, su bondad, sus talentos, sus divertidas ideas o su desempeño en la escuela.
- «Creo en ti/Confío en ti». Nuestros pequeños pueden crecer sintiéndose inseguros si no saben que tenemos confianza y que creemos en ellos. Podemos aprovechar momentos en familia, ocurrencias como en el momento de tomar una decisión adecuada para su edad, decirles que confiamos en ellos y respetar su decisión.
- «Eres capaz/Yo sé que tú puedes». Los niños pueden sentirse desanimados fácilmente cuando al intentar hacer algo no resulta como lo esperaban después de solo una o dos pruebas. Debemos alentarlos para que sigan intentado y expresarles que sabemos que ellos son capaces de realizar la tarea. Si necesitan más información, más práctica o más explicaciones para que la entiendan completamente, hagamos lo necesario, pero siempre deben de saber que ellos tienen la capacidad de hacerlo.
Especialmente dedicado a todos esos padres y madres fabulosos que por «salvar el mundo» o intentar «dejar un mundo mejor», a veces, por un inconsciente activismo, descuidan(mos) detalles importantes de su verdadera vocación: «limpiar mocos». (Juanjo Romero)
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