Ese hombre fue nada más y nada menos que Giorgio Vasari, artista e historiador italiano del siglo XVI, que es muy conocido por sus biografías de los grandes artistas de su tiempo. Por lo tanto, no hablamos de un inculto o un hombre ajeno al arte, sino de todo lo contrario. Fue Vasari el primero que utilizó el término gótico para referirse al tipo de arquitectura a la que hoy concedemos ese apellido. Lo hizo en torno al año 1550 y su objetivo era advertir a todos de la zafiedad y poca altura de miras de sus formas.
El término gótico proviene de los godos y con él venía a decir nuestro protagonista que aquel arte era digno de bárbaros y monstruos, de aquellos hombres del norte que pensaban más en invadir y saquear que en buscar la belleza y rememorar la perfección de las obras clásicas, de la antiguas Grecia y Roma.
Parece claro, con la perspectiva que nos dan los años, que Vasari no triunfó en su ataque del gótico ya que ese tipo de arquitectura triunfó por todo el oeste de Europa y, es más, Vasari dio sin querer nombre al estilo. Aunque, en realidad, en el comienzo del uso del término, gótico fuera más bien un insultoico es un insulto, en realidad .
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